miércoles, 7 de septiembre de 2011

Personajes de la guerra fria


Jefe del KGB (Comité para la Seguridad del Estado) soviético de 1967 a 1982 y secretario general del PCUS y líder de la URSS desde la muerte de Breznev, en noviembre de 1982, hasta su propio fallecimiento quince meses más tarde.
Ingresó en el PCUS en 1939 y ascendió en la jerarquía de la burocracia soviética. Como embajador en Hungría (julio 1954 a marzo 1957) desempeñó un papel clave en la invasión soviética del país. Tras volver a Moscú, continuó su carrera y fue nombrado jefe de la temida KGB en 1967. Andropov adoptó una línea dura basada en la represión de cualquier tipo de disidencia política.
Elegido Secretario General del PCUS sólo dos días después de la muerte de Breznev, el 12 de noviembre de 1982, apenas pudo gobernar por sus problemas de salud. Desapareció de los actos públicos en agosto de 1983 y fue sustituido tras su muerte pocos meses después por Chernenko.
Hijo de un próspero terrateniente azucarero, Fidel Castro organizó una guerrilla, el Movimiento 26 de Julio, que consiguió derrocar el 1 de enero de 1959 a la dictadura corrupta de Fulgencio Batista, apoyada por EE.UU.
La llegada al poder de los “barbudos”, como se conocía a los guerrilleros que bajaron de Sierra Maestra, abrió una verdadera incógnita. Fuertemente nacionalista, sus relaciones con unos EE.UU. que controlaban gran parte de la economía del país se deterioraron con enorme rapidez. Nacionalizó gran parte de la economía e inició el establecimiento de un sistema dictatorial que muy pronto se alineó con la URSS. Gran parte de las clases medias huyeron hacia EE.UU. donde se constituyó un poderoso lobby anti-Castro.
En enero de 1961, justo antes de abandonar el cargo, Eisenhower rompió relaciones diplomáticas. El 15 de abril, Kennedy lanza un intento de invasión del país organizado por la CIA. Bahía de Cochinos o Playa Girón supusieron un vergonzoso fracaso norteamericano y precipitaron aún más el alineamiento de Castro con el bloque soviético. En diciembre de 1961, Castro se proclamó marxista-leninista.
El despliegue de misiles soviéticos en la isla y su descubrimiento por aviones espía de EE.UU. desencadenaron la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962, el momento en el que el mundo se halló más cerca de una guerra nuclear. La retirada de los misiles ordenada finalmente por Kruschev supuso una humillante derrota para un Castro que hubiera sido partidario de plantar cara a Washington. Pese a ello su apoyo a las tesis soviéticas siguió siendo absolutamente disciplinado. En 1968 apoyó la invasión de Checoslovaquia.
En adelante, Castro se convirtió en el gran abanderado del Tercer Mundo contra el “imperialismo americano”. Pese al embargo comercial americano, su economía, fuertemente subvencionada por la URSS, le permitió acometer avances sociales e iniciar una activa política internacional de apoyo a los movimientos guerrilleros en América Latina e, incluso, el envío de tropas a Angola (1975) y Etiopía (1977).
La caída de la URSS en 1991 le convirtió en un dictador marginal al frente de una de las pocas dictaduras comunistas supervivientes. La desaparición de la ayuda soviética precipitó el colapso de la economía cubana. Castro tuvo que abrir desesperadamente el país al turismo, mientras continuaba con una dura represión de toda disidencia.

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